
Imagen: Mario Azevedo.
…
Si alguna vez fuera hoja caduca,
Elegiría el fin de mis días
desplomándome mientras caracoleo
mi cuerpo sobre el que he amado.
…
Antes de abonar futuro,
o convertirme en loa de recuerdos,
acariciaría cada fragmento
que he acariciado en tu cuerpo.
…
Desde la frente a las mejillas.
Desde los labios hasta el cuello.
Susurrando mi vida en fábula
esparciéndola en cada lóbulo.
…
Desde el hombro que consoló,
hasta el pecho que me dio cobijo
hasta caer en mortal arabesco,
directamente sobre tu vientre.
….
Qué preciosidad.
ResponderEliminarSublime.
Te superas cuando parece imposible.
Me ha parecido precioso este poema, de veras, me ha encantado.
Un besito
"A solas y ya en mi habitación lo recuerdo.
ResponderEliminarLo veo a mi lado nuevamente, la sonrisa cálida
y dulce la mirada. Recuerdo el olor a tabaco
que escapa de su boca y sonrío.
Y he de esconder entonces las manos para evitar
que se quiebren cual palomas angustiadas, y me he de morder los labios para ahogar el gemido
que al escapar me desgarra la garganta, y en el vacío de esta habitación a solas, sólo puedo dejarme caer sobre la cama..."
Me gustó.
un beso.