lunes, 8 de noviembre de 2010

Dos pinceladas translúcidas


Imagen: Danielle Klebes.





Un día comienzas a dibujar palabras.
Inconexas, desafiantes, estrafalarias.
Las dejas un momento sobre una hoja,
y sin escribir, comienzas a darles vida.



Soplas y accedes que lo aleatorio
las ordene a capricho. Y sonríes.
Un puñado de adjetivos y un verbo
irrumpen de forma sagaz y sutil.



Las palabras ganan en color.
El ritmo se vuelve desafiante.
Cuando menos te lo esperas,
la semilla ya está sembrada.




Una rima. Un sentimiento enrocado.
Dos pinceladas translúcidas
con una amalgama de fragmentos
y un poema que brota con vida propia.

1 comentario:

  1. Las palabras nos envuelven desde que nacemos, nos ayudan a crecer y a formarnos y por supuesto, además de la mirada, las palabras nos ayudan a enamorarnos y a conocer a otras personas que nos hace sentir atrayente, tentadora, sugestiva, interesante. Realmente tu poema lo describe a la perfección: palabras revueltas, sonrisas, complicidad, deslumbrantes... y tus poesías, coctel suficiente para despertar y provocar.

    saludos, me ha gustado mucho...

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