sábado, 2 de octubre de 2010

Florece lo cotidiano


Imagen: Ben Gossens


Prefiero la sombra de luna
que la forjada por el sol.
Bajo su tenue frialdad
la plata afina su verdad.

El sufrimiento es menos nítido.
La causa esgrime su fortaleza.
El tiempo se arremolina.
Las armas pierden su filo.

Lo que aspiraba se lo llevó el viento.
Lo que aprisionaba acaudilló su libertad.
Lo que ardía sin control sucumbió a la tormenta.
Lo que es invierno sueña la incipiente primavera.

Cultivando lo milenario
florece lo cotidiano.

2 comentarios:

  1. Al menos hay aspectos positivos en este poema, tan bien escrito (es un gusto leerte): las ofensas y defensas abandonan su eficacia y desparpajo o insolencia... mejor.

    Y ·"lo que aprisionaba acaudilló su libertad"·: lo que encadenaba y maniataba lideró o guió su libertad... no sé, no sé... qué complicado saber lo que libera o retiene a una persona, cada una somos diferentes y la inmensa mayoría se torna ambiguo y con doble perspectiva. Como lees sigo con las mismas dudas. Un beso, aquí escondido entre las palabras y que no resulte a simple vista, tal vez no te des cuenta y ni lo percibas; no pasaría nada, son solo cuatro letras que alguien tuvo la genialidad de unirlas y darle un significado; ya está termino de escribir este comentario tan extenso para dejarte un "me gustó mucho tu poema".

    salud.

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