domingo, 26 de septiembre de 2010

Untuosa cadencia


Imagen: Lee Davison.

El impactante choque de las alas de dos mariposas que inundan el mundo de partículas mágicas.

La hierba recién segada por la voracidad insatisfecha de un alazán que marca el territorio.

Las espinas de un cactus en el desierto que, para salvar su vida, clava su punta en su vecina por una gota de savia.

Las bailarinas del ballet al unísono susurrando una inédita poesía.

La flor que rompe una piedra e inunda el gris de verde y amarillo aunque de manera efímera.

Un beso deseado entre las manos que agarran las mejillas como si en ello le fuera la vida.

Las cortinas de la ventana y su vuelo caprichoso tratando de acariciar la soledad de la tarde.

El canto de un ave en el naranjero incapaz de distraer el silencio.

La humedad de tu piel, que envuelve mis desvelos, con untuosa cadencia.

2 comentarios:

  1. Vaya lo del cactus impresiona, espero que no tengas a nadie a tu alrededor con esas características... al final resulta que el cacto es un gran superviviente, más de lo que creemos y no necesita a ningún ser vivo para existir.

    De vez en cuando encontrarse por casualidad, una hermosa flor deshecha es grafificante, incluso contribuye a que en ocasiones apartemos y desplacemos las cortinas, que la mayoría de veces permanecen extendidas.

    saludos.

    pd: lo del canto del pájaro lo dejo para otro comentario... je,je.

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  2. "Las cortinas de la ventana y su vuelo caprichoso tratando de acariciar la soledad de la tarde."

    Ese verso... Me encantó.

    ¡Sublime, como siempre!

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